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Contracorriente

Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.  Jeremías 15:19-20
Una de las mayores debilidades que tenemos los humanos es que nos dejamos llevar con la corriente, ya que de lo contrario tendríamos que hacer un esfuerzo muy grande para ir en contra de ella.
Convertirse es dejar de ser lo que éramos antes. Convertirse a Dios puede que nos haya sido fácil, pero el camino para llegar a él es el contracorriente ante el mundo y sus ofertas.
No se necesita ser fuerte para nadar en la corriente del mundo, pero si se necesita gran valor y fuerza para nadar en la de Dios.
Dios no deja solo al que se convierte a él. Cuando él promete que te guardará y que te defenderá significa que él nadará contigo, a tu favor.
Recordemos estas tres bendiciones que obtenemos cuando nadamos en la corriente de Dios:
1. Seremos restaurados
2. Estaremos delante de él
3. Seremos como su boca
Bendiciones
Michael

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