Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo. Si te crees demasiado importante para ayudar a alguien, solo te engañas a ti mismo. No eres tan importante. Galatas 6:2 – 3 (NTV)
Tristemente nos hemos vuelto personas que tendemos a pensar en nosotros mismos y en nuestras cargas. Cuántas veces no estamos demandando de otros que cumplan estos versículos. Nos quejamos cuando en la iglesia no se preocupan por nosotros, por nuestras luchas, etc. Cuántas veces no hemos visto personas dejar los caminos del Señor porque “no me ayudan, no me hacen caso”. Y si, la iglesia es un lugar para ser ayudado… Pero ¡sobre todo es un lugar para ayudar! Para que, en vez de enfocarnos en nuestras propias cargas, nuestros propios problemas, nos enfoquemos en los de los demás. No nos debemos creer 1. demasiado importantes para poder ayudar a alguien, creernos “de mejor clase” y por eso no poder ayudar y 2. creer que ayudaré a otros si es que me ayudan a mí. En los caminos del Señor nos debemos enfocar primero en los demás, en ayudarlos a ellos con sus cargas, y Dios, que es muy bueno, se encargará de los nuestros, pondrá a otras personas en nuestro camino que también están cumpliendo estos versículos, pero lo hacen con nosotros. Pero si esperamos a ser ayudados primero, muchas veces nos quedaremos esperando y terminaremos frustrados porque no pasa nada. ¡Enfoquemonos en llevar las cargas de los otros, que Dios se encargará de las nuestras!
Escrito por: Rebekka Otremba