Entonces clamaron a Jehová en su angustia, Y los libró de sus aflicciones. Salmos 107:6 (RVR60).
En nuestro caminar en Cristo, nuestra vida no es 100% fácil, siempre habrán circunstancias, adversidades que nos tratan de inundar en un mar donde creemos que no hay posibilidad de salir, y vemos todo negativamente y nos centramos totalmente en el problema. Nos perdemos tanto en ello, que no buscamos una salida, algo así como un rescate.
¿Quien es nuestro rescate?
Claramente tenemos un Rescate 24/7, su nombre es DIOS. Puedes pedir auxilio en cualquier momento, Dios es nuestro creador y siempre va a querer lo mejor para cada uno de nosotros. No tenemos que llevar vergüenza delante de él, pues el sabe lo que necesitamos y cuando lo necesitamos!
¿Qué hacer durante la tormenta?
Orar! Definitivamente la oración puede conducirnos a resultados que van mucho más allá de lo que podemos imaginar. Y mas allá de la oración, también tenemos que accionar lo que vivimos y aprendimos durante la oración.
¿Qué NO hacer durante la tormenta?
Desesperarnos! Lo primero cuando nos dan una mala noticia, o cuando pasamos por la tormenta es desesperarnos y creer que no tenemos salida y por ende no hacemos las cosas que deberíamos hacer como Hijos de Dios.
¿Qué espera Dios de nosotros?
Que lo busquemos en todo momento, no solo cuando estamos en la tormenta. El desea una relación íntima con nosotros de todos los días, cuando estemos en la tormenta y cuando estemos alegres! SIEMPRE!
Dios no quiere que vivamos una vida llena de aflicción, por el contrario el desea una vida llena de esperanza con motivos para seguir día tras día luchando y tratando de ser mejores personas y agradarlo verdaderamente, dando lo mejor de nosotros.
Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos. HEBREOS 4:16 NTV.
Escrito por Gustavo Campos V